La bici en sí es una BH Supra superb del año 1988. Venía montada con un grupo de la marca Suntour, ya que Shimano por aquel entonces apenas tenía presencia en el mercado. Sus cambios eran sin indexar con una palanca por encima del manillar con la que seleccionar alguna de sus 15 marchas. Por supuesto nada de suspensión, aún quedaba unos cuantos años que esperar para poder ver una suspensión en una bici de montaña.
Originalmente la bici era parecida a esta de la foto siguiente. Tan solo cambiaban el color, amarillo por verde, el rosa por naranja, y algunos componentes de mejor calidad por ser un modelo superior, principalmente los frenos que eran suntour y llevaban un sistema de multiplicado de potencia tan complicado de ajustar como pesado pero a la vez muy eficiente.
Impresionante la potencia y el manillar de acero del bueno. Los dos juntos podían pesar como mi bici actual. Tambien llamaban la atención las cubiertas Vredestein MontBlanc, con el lateral de color carne y un dibujo con un taqueado muy poco agresivo y bueno para ciudad, pero malísimo para el campo.
Hace unos años decidí devolverla a la vida, y para ello comenzamos quitando todo lo que estuviera averiado o muy pasado. Igualmente al cuadro se le dió un buén lijado y pintado en color blanco. Por cierto el cuadro original es un cuadro de aleación de acero con Carbono y Manganeso de la marca Columbus. Esta era el sello que lucía en el tubo del sillín.
Potencia, manillar, frenos, pedales, sillín, todo fuera y sustituido por componentes usados que fui abandonando de todas las bicicletas que he tenido.
Lo primero manillar y potencia sustiuidos por una potencia en acero inoxidable pulido de la marca Zoom, y manillar de doble altura. Igualmente el sillín (inmensa butaca el sillín original) se cambia por un Selle Italia con las letras bordadas para evitar deslizamientos.
Los cambios se sustituyen por unos gripshift 400 de puño, y el mejor cambio iría sobre los frenos, unos maravillosos frenos hidráulicos Magura de color amarillo que le van como anillo al dedo.
Transmisión Shimano Deore detrás, y platos/bielas Truvativ delante. El único componente que se salva es el indestructible desviador delantero de la marca Suntour, así como el eje del pedalier que igualmente sigue aguantando 24 años después. Como dato curioso, en los dos últimos años entre mi bici de montaña, y mi bici de carretera he necesitado cuatro ejes de pedalier.
Llantas Rigida y cubiertas rodadoras 1.9 de la marca Geax completan el diseño.
El comportamiento es genial, muy cómoda y manejable. Como bici de ciudad va a ser buenísima, tan solo faltaría ponerle unos guardabarros y un portabultos.
Lo mejor de todo es que el coste de la restauración ha sido el de dos botes de spray de pintura blanca y uno de laca. El resto son piezas recicladas y rescatadas del olvido como la propia bicicleta. A modo de ejemplo, la cadena que ahora luce esta bici, corrió el último Ironman en que participé en Julio de 2012 en Bolton.